Luis José Uzcátegui: La parábola de Venezuela

27 de enero de 2019

Enseñanzas

Confianza + supervivencia genera un tsunami social

La gigantesca marcha social que se plasmó en Venezuela el 23E, tal vez una de las más grandes en el mundo, fue sustentada por fuerzas emocionales que inundaron a millones de venezolanos: Confianza, activada por los apoyos internacionales recibidos, apoyo de la Asamblea Nacional e instinto de supervivencia por parte de un pueblo hiperactivado

“El verbo” tiene poder infinito

Juan Guaidó, se juramenta y una vez más se evidencia el potencial psíquico que tienen la palabra y el mensaje (si se cumplen ciertos requisitos). Millones de venezolanos -dentro y fuera del país- sintieron cómo se les activaba la dimensión épica en sus mentes.

No son políticos, son antisociales

Situación compleja el comportamiento de los integrantes del régimen desde hace décadas, ya no existen como políticos, sus dimensiones psíquicas desde hace tiempo pisaron los terrenos de la psicopatía y la delincuencia. Muy difícil es negociar con estos individuos a no ser que ellos sientan el peso de la fuerza. ¡Ya están fuera de su propio control! El antisocial utiliza la razón, las leyes, la moral para burlarse del otro, humillar, sacar siempre provecho para ellos y son inmensamente mentirosos. Cuando los políticos tradicionales niegan esta realidad, la psicopatía gana terreno…

¡Las neuronas de una persona pueden decidir el destino de millones de humanos!

Con el presidente encargado Juan Guaidó, quien tiene la confianza e idolatría de los venezolanos y del mundo sus decisiones y mensajes pueden forjar futuros o infiernos. Pero cuidado, cuando un líder magnetiza un país, este efecto es finito a no ser que genere hechos concretos y acertados.

Hacer Catarsis

Explosión de opiniones, análisis, escenarios y todo tipo de mensajes y mensajeros son reacciones utilizadas para disminuir la ansiedad en situaciones de cambio. En otros, pocos por suerte, es la necesidad de protagonismo y se “mueren” por llamar la atención sin importarles si sus mensajes son necios o insulsos.