Jesús Peñalver: Entre augurios y amenazas

24 de junio de 2015

Maduro puño y amenaza

 



Fue el miércoles 26 de marzo del año en 2008, en horas de la mañana, cuando Freddy Bernal, entonces alcalde del “municipio bolivariano libertador” (sic) gritaba a todo gañote en la plaza Caracas: «No volverán, gobernaron durante 40 años y no hicieron nada por Caracas. No volverán bajo ninguna circunstancia».

Y hace poco dijo, que “vendrían tiempos de oscuridad para el país”. Como observan, el lenguaje incendiario de vieja data de los alumnos, fanáticos y tercos fue bien aprendido de aquel delirante que no escatimó esfuerzo alguno –hasta la muerte- en su perverso afán por destruir a Venezuela.

Por su parte Nicolast Maduro, vaticinó: “Tiempo de desastre y de muerte, si fracasa la revolución bolivariana”.

Los rojito se refieren a la mentada “cuarta república, escuálidos, oligarcas», y otros motes que no son del caso repetir, pero que el país honesto, sensato, y sobre todo demócrata, conoce a cabalidad, y no está dispuesto a soportar que se le intimide.

La arenga amenazante de Bernal, sumada a la del jefazo, no es poca cosa, pues si gana la oposición por mayoría las venideras elecciones, ¿cómo o qué va a hacer el ex policía, Nicolast o la peste roja toda?

Esas amenazas se parecen tanto a aquella prédica violenta del difunto Chávez en contra de los EE. UU, y a las supuestas oligarquías, el capital, ganaderos, empresarios y un largo etcétera, que le resulta incómodo todo ello por la sencilla razón de pensar distinto.

El rojo bernalEl mensaje incendiario del expolicía, sumado al de Nicolast, según el cual, si la oposición alcanza el triunfo mayoritario en los próximos comicios parlamentarios, “habrá destrucción y oscuridad”, genera una situación digna de ser analizada con detenimiento, reflexión y con profundo sentido democrático.

¿Acaso será necesario intentar algún recurso por ante el CNE o ante el TSJ? ¿Podrá la oposición política venezolana analizar el panorama que anuncia conflictos, al punto -probablemente- de negarse a entregar las curules legítimamente alcanzadas por candidatos no chavistas?

Da que pensar, verdad. Porque, como si fuera poco el crispado clima de inseguridad que vive el país, las increíbles estadísticas oficiales, y las no menos asombrosas declaraciones de funcionarios encargados de la seguridad ciudadana, no faltan estos alarmantes augurios.

En lugar de andar haciendo predicciones guerreristas, el des-gobierno debería enfrentar al hampa que hoy anda por sus fueros, y declararle a la delincuencia la verdadera «guerra asimétrica».

Asimismo, esa cosa aposentada en Miraflores debe prepararse para recibir un severo revés en el proceso electoral que se aproxima, y admitir que ya la mayoría de los venezolanos no está de su lado, que la democracia impone el deber de aceptar la victoria del contrario, y no tenerlo como enemigo, conspirador o antipatriota.

Ese lenguaje chantajista, amenazante y de coacción no revela otra cosa que miedo, desesperación y desconfianza en el seno mismo del partido rojo rojito, llamado alguna vez por Alberto Müller Rojas: “nido de alacranes”.

Todo el que participe, tiene derecho a ganar, incluso la oposición. ¿O acaso la oposición no tiene derecho a ganar? La oposición no «tomará» la AN, la ganará con votos.

Chávez 4FTomar, asaltar, irrumpir, de suyo delinquir, fue lo que se propuso el milico golpista y delirante en 1992 con sus intentonas sangrientas.

La amenaza de Nicolast, entre otros chavistas herederos, comporta apología del delito. Su arenga, no solo anuncia desconocer los resultados, sino también recurrir a la violencia. ¿Qué es eso?

Maduro dijo que será el primero en lanzarse a la calle cuando el régimen del PSUV pierda las elecciones parlamentarías, me parece muy bien. Pero eso sí, que lo haga en la Cota 905, sin escoltas y sin chaleco antibalas a ver cómo le va. Por mi parte, pido a Dios le guarde.

De este modo quiere acuerdo preelectoral, profiriendo amenazas e improperios. Así es el consabido estilo chabacano del matón de barrio, portero de burdel.


Jesus Peñalver foto 2015
Jesús Peñalver es abogado

Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver






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