Luis José Uzcátegui: El soliloquio de los líderes

23 de julio de 2017

Realmente yo digo lo que yo creo




Los líderes de oposición dicen lo que ellos quieren oír, lo que saben decir, lo que pueden decir, pero no llegan a decir lo que el pueblo necesita que digan. No logran tocar con sus mensajes las expectativas de los ciudadanos, no consiguen decirle a la sociedad mensajes sencillos, pero fundamentales y coherentes para generar confianza. Dicen lo que ellos creen, lo que sus esquemas mentales les proporcionan, lo que su experiencia, formación y emoción les permite.

Los líderes no alcanzan a entender o hacen brotar como pústulas malignas sus intereses, además que sus mecanismos de racionalización se hiperactivan, cuando los confronta la realidad. La realidad del pueblo venezolano que cuando los líderes lo convoca se vuelve gigante en civismo, patriotismo, coherencia social y se logran respuestas como las del 16 J y las del año 2015 en la elección de la asamblea.

Pero después…, después que el pueblo responde heroicamente, a las horas o días los mensajes y acciones de los líderes son totalmente inadecuados a las emociones que se generaron en los ciudadanos. Los “patean” con sus posiciones ególatras. En pocas palabras, no logran comunicarse, no se ponen a tono con la realidad emocional de un pueblo como si lo hacen cuando los acompañan en las protestas y muchas decisiones de la asamblea.

¡Por qué esto sucede…!

Bla bla de un político
Será que muchos de los líderes políticos, articulistas, encuestadores, integrantes de manifiestos, miembros de “grupos ilustrados” y anclas de los medios saben tanto o están tan seguros de sus convicciones y acciones que nos les importa sacrificar una y otra vez las realidades y desgracias de millones de venezolanos. Estarán tan convencidos que al final los hechos les darán la razón, al estilo comunista… Algún día, en algún momento, que nunca llega, se alcanzará la “felicidad”.

Pero los hechos dicen lo contrario. Por ejemplo, en la forma y terquedad como quieren imponer algo tan elemental para toda relación humana y toda sociedad como es negociación, entendimiento, diálogo y acuerdos. Temas que manejados con los mensajes que han utilizado, los han convertido en “atropello mental” y bofetadas psíquicas para los venezolanos. Una experiencia, por ahora única en el mundo, que cuando se estudie con objetividad y metodología, servirá de material académico para aprender como “No se deben dar los mensajes”.

También puede ser que a los mensajeros se les hace muy difícil entender que sus conocimientos y formación – universitaria o no- sobre política, sociedad, modelos, negociaciones e inclusive moral y estrategias ya no funcionan en esta época ni en la cultura venezolana de hoy. O para otros será que cuando piensan en elecciones presidenciales los líderes siguen utilizando el “impulso” de llegar como sea. Estilo utilizado desde el siglo XIX en la política venezolana que en la literatura psicoanalítica se conoce como “acting out”, el utilizar impulsos desbocados que sirven para expresar lo reprimido, lo primario y desconocer la transferencia que genera la realidad.

¡Alerta!

Tus necesidades no son las mías
Claro que estos soliloquios nada tienen que ver con el soliloquio de Segismundo, de Calderón de la Barca en La vida es sueño: “Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando.” Ni con el soliloquio de Hamlet de William Shakespeare: “… y las empresas de rigor y empeño, ante el temor, su curso tuercen pronto, y dejan de tener nombre de acción…” Ambos soliloquios llevan a la reflexión sobre la condición humana. Ambos soliloquios estimulan algo muy útil, y para un político vital, entender a los demás. En este caso a millones de venezolanos que tienen muchas razones, que las razones de los políticos, dirigentes, etc., no logran entender.

El soliloquio reflexivo además tiene una propiedad excelente: Activa áreas de la mente para utilizar el dialogo interno. Ese diálogo consigo mismo que permite pensar en nuestras fortalezas y limitaciones. Por ejemplo, puede alertar que tal vez no se sabe o no se puede generar mensajes y narraciones acorde a las necesidades de millones de ciudadanos.

El soliloquio es una conversación con los otros, pero sin feedback y es letal si el mensaje está contaminado de equivocaciones, sesgos del pensamiento o intereses personales. Y si es así, un daño atroz está haciendo el Soliloquio en Venezuela.

Luis José 7 de febrero 2015
Luis José Uzcátegui
Médico psiquiatra y antropólogo
ljuv2000@gmail.com 
@LuisJUzcategui 
 

Foro de Salud Mentalhttps://ljuv2000.wixsite.com/salud-mental

https://drluisjoseuzcategui.wordpress.com/2016/04/18/diccionario-de-salud-mental/




Síguenos:
facebooktwitterrssyoutube


Otros artículos de interés