Jesús Peñalver titula: Traición a la patria

Mientras observamos con pena las interminables colas para comprar una medicina o un paquete de harina, y en tiempos de adviento y Navidad, para hacerse de un pernil, de un par de zapato o un juguete para los niños, la barbarie escasa de talento y preñada de maldad, no es capaz de darse cuenta de que el país va por un despeñadero.

Mientras otros países avanzan hacia el desarrollo, con sociedades más justas sin recurrir a la limosna, nosotros mostramos como huella del desastre un indígena, un indigente o un niño de la calle en cada semáforo, testimonio visible del desastre.

Mientras el desgobierno rojo rojito construyó canchas deportivas en Bolivia, aquí los jóvenes de los barrios no tienen espacios decentes para crecer en el deporte. Mientras auxiliamos las posibilidades electorales de Daniel Ortega en Nicaragua con aportes gigantescos en dólares entregados sin control de nadie y le ayudamos a resolver sus problemas de electricidad, aquí se va deteriorando el servicio. A cada rato nos sorprende un apagón, lo sufrimos.

Mientras a la dupla Kirchner – Fernández y su destrozada economía argentina la hemos subsidiado y se le han comprado sus devaluados bonos, para darle oxígeno a aquella parejita, quienes han aumentaron su fortuna conyugal en varios millones de dólares gracias a la generosidad de Venezuela, aquí el desempleo, la escasez y el desabastecimiento dan cuenta del pésimo modelo que pretendió instaurar el muerto Hugo Chávez y hoy, con similar delirio, lo continúa la barbarie usurpadora.

Mientras a Cuba devolvimos la vida que perdió cuando la Unión Soviética se derrumbó después de la caída del muro de Berlín, historia muy bien contada por muchos, a sabiendas de que se trata de un régimen que niega las libertades de los ciudadanos y los quiere uniformar en un solo pensamiento, gris y triste, como es el ideario comunista, ahora vemos como se ha volteado la tortilla. Los Castro negocian con los EE. UU, luego de llevar a esa isla por más de medio siglo hasta la más grande de las miserias, haciéndoles perder lo más bello de un pueblo, como es la alegría.

Mientras la barbarie dice representar un humanismo socialista, vemos con dolor como hay presos políticos recibiendo tratos crueles, juicios tardíos, civiles amenazados de ser juzgados por instancias militares y otros confinados en mazmorras castrenses, diputados a los que se les retira impunemente sus privilegios.

Mientras la barbarie se ha apropiado de los poderes públicos en franca violación a la división que consagra la Constitución que el pueblo aprobó en referéndum en 1999, queriendo imponer por la fuerza una mentalidad única, para lo cual cierra medios y amenaza a otros, además de perseguir a los comunicadores y a quienes tengan ideas divergentes y críticas frente a un régimen militarista que quiere guerra con todo el mundo, menos contra la pobreza, la miseria y la inseguridad, Venezuela se pregunta ¿qué ocurrirá el próximo lunes 22 de diciembre cuando la Asamblea Nacional se disponga a designar nuevos poderes?.

Es hora de insistir, ¡Los militares siempre han fracasado en el gobierno! ¡No existe una excepción! Una verdadera lástima que la mediocridad partidista que has criticado haya llegado a lo más profundo del barranco con una clase política mucho peor que adecos, copeyanos y masistas de otros tiempos. Más serviles y menos independientes, más lacayos y lambucios, además de tristes servidores del militarismo más arbitrario y abusivo que se haya vivido en Venezuela.

Dicho esto, ¿quién carajo incurre en traición a la patria?




Jesús Peñalver es abogado
Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver