Jesús Peñalver: Semáforo oficial

20 de septiembre de 2015

Semáforo oficial




Los colores de la angustia y el desasosiego que no pintan nada bueno en el lienzo nacional, nos hablan de la terrible pesadilla dieciseisañera que jamás ha debido tener asiento en Venezuela, ni en ningún otro lugar del mundo, en ninguno.

hordas rojas
Aunque en estos tiempos de ‘revolución bonita’, coloreados de un rojo alarmante, vale la pena esperanzarse porque la verdad sea dicha, Venezuela siempre ha sido de todos y debemos evitar que la desmoralización haga trizas en el espíritu libertario de los demócratas venezolanos.

Se aproxima un proceso electoral y yo feliz haré cola el 6 de diciembre, ocasión propicia y preciosa para encarar al futuro, con firme convicción cívica, con propósitos de enmienda y rectificación y con el irreductible afán por cambiar el terrible estado en que nos encontramos.

Que el CNE dé a cada rato señales de su parcialización, su presidenta con odioso seseo atropelle el idioma con su neolengua y brazalete, desde luego que nos induce a sospechas e impone la necesidad y la conveniencia de exigir condiciones que garanticen pulcritud en el proceso. Claro que esto suena iluso, soñador y quijotesco, vista la experiencia donde el ente electoral no ha ocultado su desnuda inclinación, ni por un atisbo de decencia guarda las formas, pero la confianza en el voto debe seguir recuperándose, en el entendido que este resulta más eficaz que los fusiles de los milicos que hoy hacen estragos en el país y contra eso, democráticamente debemos dar al traste con la sucesión perversa del chavismo, hoy representada por el dúo Maduro Cabello y viceversa.

transgresiones perennes
Elegiremos una nueva Asamblea Nacional, como cuerpo representativo del Poder Legislativo, cuya integración mayoritaria tendrá la tarea de Estado de controlar al Ejecutivo y dictar leyes orientadas a enderezar los entuertos y desaguisados de la peste roja. Conviene advertir, se nos ocurre, sobre la importancia de una ley que imponga la obligación de repatriar los capitales supuestamente birlados al erario y los consecuentes juzgamientos a los presuntos implicados, sin que ello comporte en modo alguno ‘pena del talión’, cacería de brujas ni ninguna otra locura persecutoria de parecería naturaleza.


Ley de amnistía que ampare a tantos presos políticos y perseguidos por las mismas razones, cuyo delito o pecado solo existe en la cabeza incendiaria de los chavistas, esos ayatolás de ideas explosivas y planes diabólicos, que no sesgan en su manía de gobernar a todo trance, sin importarles el daño que puedan causar.

Hay otras que seguramente están en los planes legislativos de la Unidad democrática, y satisfarán las exigencias y esperanzas de las mayorías que cifran sus anhelos en el nuevo parlamento y en sus diputados que desde las curules alcanzadas, sabrán responder a tales requerimientos en esta verdadera hora histórica de la nación venezolana.

Hora en que el amarillo de soles apagados, nos indica que muchos militares los van ganando junto con estrellas, mientras van perdiendo cielo.

Momento en que el rojo sangriento de la barbarie da cuenta de los muertos producto del hampa armada y desalmada, y al parecer, con impunidad garantizada. Y para más INRI, se suma el hampa administrada que no se mide a la otra de entrar en la terrible escena de la violencia.

Verde verguenza
Y el verde vergüenza militar que exhibe su incompetencia, la ineficiencia del mando uniformado y nos confirma en la certeza que nunca han gobernado bien, al contrario, siempre han fracasado, no hay una excepción.

He allí la vergonzosa metáfora de los tres bombillos, y yo siempre contra bando militar.



Jesús Peñalver foto de jiulio 2015

Jesús Peñalver es abogado

Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver









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