Luis José Uzcátegui y la enfermedad venezolana: Desconfianza inducida
20 de agosto de 2017
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La desconfianza en Venezuela se ha convertido en un padecimiento horripilante para todo el que vive en el país y para los venezolanos que viven en otros países. Era un mal que se venía gestando, pero el cenit lo alcanza en los últimos 3 años con todos los efectos de letalidad que genera el factor mental desconfianza en individuos, parejas, familias, instituciones, empresas, partidos, gobiernos, países.
Primera ola | ![]() |
Desde hace más de tres quinquenios las condiciones se dieron para que la “Enfermedad venezolana de desconfianza inducida” creciera descomunalmente cuando el gobierno impone un gran proyecto fantasmagórico e impensable para cualquier sociedad moderna implanta como política pública y de gran importancia para fomentar en el venezolano dependencia, miedo y confusión y al que se asigna un descomunal presupuesto.
En los inicios en el año 1999 la primera avanzada fue tumbar la confianza personal del ciudadano cuando el gobierno asumió funciones básicas implícitas a todo ser libre como es decidir dónde vivir, en qué trabajar, cuál modelo de educación seguir, qué centros de asistencia de salud escoger y cuánto dinero gastar cuando viaja. El régimen a través de estrategias y programas muy bien pensados para dominar y controlar va poco a poco cercenado los derechos del poblador al coártale la capacidad de producir, crear, desarrollar actividades sociales y ser emprendedor. La emoción de confiar en sí mismo y organizarse en grupos sociales se fue mutilando y donde debía privar respeto y credibilidad se fomenta corrupción tanto en las cosas triviales como en los planes e inversiones de gran importancia para la estabilidad de toda nación. La confianza elemental de sentirse dueño de las acciones e ideas propias quedo supeditada e influida al capricho del oficialismo y así logra una primera gran victoria macabra con la decapitación emocional de la confianza personal y autoestima del ciudadano.
Segunda Ola | ![]() |
La segunda ola gigantesca para destrozar la confianza del venezolano en todo, en su presente y su futuro, se genera en los últimos tres años, con la imposición al máximo del terror, represión, mentira y empobrecimiento del país. En Venezuela germina todo lo indispensable para no tener motivación para trabajar, no hacer amigos, no fomentar el respeto humano y dejar de percibir que la vida es una magnífica oportunidad para aprender y alcanzar metas. La inseguridad, pobreza, economía incierta, inflación gigantesca, ausencia de servicios de salud, escases de alimentos y medicamentos, una guerra mediática del régimen que potencia las estrategias para generar desconfianza y le da fertilidad a todo lo peor y más negativo que se puede generar en la mente individual y social de un humano.
Tercera Ola | ![]() |
La tercera ola para generar desconfianza es responsabilidad de los líderes de oposición, en un ambiente emocional tan frágil para una nación, gracias el efecto de la primera y segunda ola generada por el gobierno, es obvio que cuando los mensajes y acciones de líderes, columnistas, “asesores”, encuestadores y “sabelotodo” son generadores de desconfianza la respuesta de los ciudadanos se potencia en negativo. Es lo que está pasando en este momento con las elecciones regionales. Ya el gobierno desde hace años ha venido golpeando a la sociedad con una estrategia psicológica bestial para generar desconfianza. En términos de béisbol, le venía poniendo la bola fácil a los líderes de oposición, para que cualquier mensaje mal dado por ellos activara desconfianza en el pueblo. Qué pasa con estos mensajeros de la oposición… No ven, no entienden, o… Les dejo amigo lector las respuestas a su libre albedrío.
Y el venezolano que…
¡Esta es la parte maravillosa…! Qué bendición ampara al pueblo venezolano que a pesar de tener 18 años recibiendo mensajes y acciones para fomentar la desconfianza inducida cuando los líderes de oposición son coherentes y oportunos con sus mensajes se dan respuestas gigantescas y solidarias como las del 16J. Los análisis para explicar este comportamiento cultural del pueblo venezolano y de los venezolanos que viven en el exterior serán fuente de aprendizaje y de educación social que en próximos tiempos se convertirán en temas de investigación en universidades y centros académicos a nivel nacional e internacional.
Pensando muy por encima, se puede interpretar que este pueblo venezolano tiene una gran reserva cognitiva social, sus neuronas para generar respuesta sociales útiles no las han podido destruir, a pesar del infierno a que lo han sometido. También el pueblo, como toda sociedad reacciona para sobrevivir ante una desgracia única en el mundo, pero no utiliza la violencia ni el bandidaje; si los líderes se ponen a su nivel responden con la expresión más hidalga y apoteósica millones de venezolanos protestando en paz: ¡Qué maravilla de cerebro social tienen los venezolanos!
Y sin duda es un pueblo con una capacidad asombrosa para no dejarse aplastar e irse rápidamente por encima de las adversidades. Ajusticiamiento de decenas de jóvenes por salir a protestar, muertes por falta de medicamentos y comida, miles de venezolanos convertidos en carroñeros, mujeres venezolanas viviendo de la prostitución en el exterior y miles de seres tumbados por estados emocionales disfuncionales o enfermedades mentales graves algunas que llevan al suicidio. Inclusive irse por encima de las emociones que generan las declaraciones de Trump y jugadas políticas internacionales. Hasta un eslogan se pudiera crear para invitar a todos los ciudadanos del mundo a venir muy pronto a Venezuela: ¡Si quiere aprender y practicar resiliencia los venezolanos los esperamos con los brazos abiertos!
![]() Luis José Uzcátegui Médico psiquiatra y antropólogo ljuv2000@gmail.com @LuisJUzcategui |
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https://drluisjoseuzcategui.wordpress.com/2016/04/18/diccionario-de-salud-mental/
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