…Un poco de historia

17 de marzo de 2013

brillat-savarin gastronomía 9

Gastronomía

«Entiéndase por Gastronomía el conocimiento razonado de cuanto al hombre se refiere en todo lo que respecta a la alimentación»

«La Fisiología del Gusto» de Brillat-Savarín

Gastrónomo, o sea experto en la buena mesa

Gastromanía, que no es más que la obsesión por los placeres del buen comer.

Gastronómada, neologismo inventado por Curnonsky (Príncipe de la Gastronomía), que se aplica al gastrónomo viajero, ese que une al placer del viaje, el descubrimiento de nuevos platos.

Gastronauta, que designa al gastrónomo explorador.

Gastrósofo, aquel que se comporta como una especie de «Filósofo» discreto, prudente y entendido, con un alto refinamiento a la hora de seleccionar manjares y bebidas.

Gastrotecnia, la ciencia de la buena cocina.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, define Gastronomía como el arte de preparar una buena comida; sin embargo, sentimos un tanto equívoca esta definición, ya que pareciera más bien, definir el concepto de culinaria, separado totalmente de la idea amplia de gastronomía, que posee un sentido bastante más amplio y apunta a un aspecto fundamental: La relación o el entroque del hecho simple y básico de alimentarnos con la riqueza de la Cultura Humana en toda su mágica riqueza.

Por ello, nos sumamos absolutamente a lo planteado por Brillat-Savarin, cuando expresa:

La habitación roja – Henri Matisse (1869-1954)

El verdadero gastrónomo, aún cuando estime altamente las producciones más refinadas de la culinaria, sólo las usa para su propio deleite, con moderación y buscando para sus comidas cotidianas las preparaciones más sencillas, que son, por otra parte, las más difíciles de realizar en plena perfección.

Sin ser un practicante, el gastrónomo conoce suficientemente los métodos para juzgar un plato, y discernir con suficiente aproximación los ingredientes que lo componen.

Por eso, debe quedarnos claro, que un verdadero gastrónomo, no es aquel que sabe preparar una buena comida, sino el que sabe apreciarla en toda su plenitud, la haya preparado o no.

El Larousse Gastronomique dice que el gastrónomo es aquel Gourmet que sabe analizar sus sensaciones gustativas.

Y es importante destacar que la voz Gourmet se convierte en una nebulosa de negaciones más que de afirmaciones, y reduce el concepto a «Experto en degustaciones de vinos y aguardientes.

Un gourmand en cambio, sería originalmente un «Glotón», aunque Brillat, cita de autoridad, recurrente en el Larousse, reaccionará contra esta concepción, y la acercará a la definición de Gastronomía ya dada al principio de nuestra sección, por ello, Gourmet sería un experto que aprecia una buena comida, que puede descodificarla y proponer nuevos códigos de conductas gastronómicas.

Sobre este mismo cúmulo de ideas y definiciones, encontramos a la vez a Grimod, quien nos dice que prefiere emplear «Goloso», no en su cerrada acepción castellana de partidario de los dulces y pasteles, sino como aquel que tiene gustos refinados originados en un paladar exquisito, delicado, logrado a través de una larga experiencia.

De acuerdo a su concepción, este ser, debe acoplar todos sus sentidos al gusto, ya que es imperante que antes de llevar los manjares a la boca, debe vivenciar sensorialmente cada bocado …

«Su mirada debe ser penetrante, su oído alerta, su tacto fino, y su lengua hábil…»

Sin duda, al leer estas concepciones del goloso, esa pintura poética, sublime, forzosamente tendríamos que desechar la imagen que de ellos nos da la Academia, para dar paso a la visión de seres dotados de una extraordinaria delicadeza, y de una vigorosa salud.

Y con seguridad, más de un goloso, y un gourmand, estará agradecido de estas nuestras correrías por el mundo fascinante de la Gastronomía y sus adoradores

Melocotones y Peras — Obra de Paul Cezanne

Porque, aún no siendo adoradores del Arte del buen comer, hay que aceptar, que la Gastronomía, una de las artes más completas y complejas, es una suerte de paradoja, en la cual están en juego todos los sentidos a la vez.

Ella se dirige esencialmente al Gusto, al Paladar, que es su meta primigenia, pero compromete, y debe hacerlo, al Olfato, fundamental para la percepción de los olores. La Vista: deleitándola con la presentación del plato.

El Tacto, personificado en ese hecho muscular que halla placeres en las distintas consistencias de los alimentos.

La discreta y maravillosa satisfacción de todos estos sentidos, puede llegar a un equilibrio perfecto, y hasta nos puede procurar beatitud, origen de las digestiones felices, clave de la buena salud.

Un trabajo informativo realizado por la Mesa de Redacción de Gentiuno.com

 

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