Dr. Almagro la corrupción es una adicción

15 de abril de 2018

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Y pensar que esta metáfora de enfermedad que utiliza el secretario de la OEA Luis Almagro para acercarse de forma figurada al infierno que genera la corrupción muy pronto podría convertirse en una calificación vinculante a un trastorno mental. Tal vez en otra cumbre sobre corrupción va a ser inevitable que los expertos en neurociencia y clínica psiquiátrica expliquen a los líderes y políticos de América Latina y del mundo que el gran problema -o tal vez el mayor problema de la conducta corrupta- es que es una enfermedad.

Una corta historia facilitará conocer el camino que llevará a diagnosticar la corrupción como trastorno mental. Hace menos de una década, en la última revisión de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, se abrió la dimensión de las adicciones conductuales: Adicción al juego patológico y adicción a Internet.

Adicción al dinero
En la adicción conductual no es necesario que estén presentes en sangre sustancias como alcohol, cocaína, fármacos, etc. para que se alteren los mismos circuitos cerebrales de gratificación y los neurotransmisores que se modifican con el consumo de drogas. El individuo se “droga” con su conducta y las imágenes cerebrales estudiadas a través de la resonancia magnética son muy similares a las imágenes de quien padece problemas mentales por drogas o sustancias.

Obstáculos

Para llegar a esta evidencia neurocientífica de la corrupción como adicción conductual hay que vencer dos cuestas muy empinadas. Sólo pensar que se van a someter a estudios de resonancia magnética funcional a un grupo de corruptos se convertiría en una hecatombe cultural. Imaginémonos el escándalo mediático de la mayoría de gobernantes del mundo, funcionarios, políticos, banqueros, empresarios, inversionistas, miembros del vaticano, grandes líderes religiosos musulmanes o rabinos importantes.

Cerebro de un corrupto
Y la otra gran cuesta es gremial. El tema es tan complejo que parece imposible que alguna organización profesional pueda plantearse con coraje y determinación un proyecto de investigación sobre corrupción y conducta adictiva sin que sea aplastado por sus propias circunstancias e intereses sociales y económicos de todo tipo.

Evidencias

Lo único que hasta ahora es cierto y se convierte en referencia científica son los elementos clínicos similares en las adicciones por sustancias y adicciones conductuales, como podría ser la corrupción. Empecemos por la necesidad imperiosa -impulsiva y compulsiva- que tienen los pacientes adictos a consumir droga, al juego patológico o a utilizar las redes sociales de forma descontrolada.

Necesidad también presente de forma muy imperiosa y muy evidente en el corrupto, con la finalidad de obtener dinero…

Otro síntoma en los adictos tanto a las drogas como al juego o Internet es la necesidad cada vez más mayor de consumir más droga, de apostar y jugar o de estar más tiempo vinculados al ciberespacio, sin que les importe la desgracia personal y social que generan.

Los corruptos se convierten en seres insaciables, cada vez roban, roban y roban más y nunca tienen límites…

Y qué decir de un estado mental complejo como es la abstinencia que se produce cuando no se consumen drogas, no se apuesta o no se está conectado a Internet; explosionan estados de ansiedad, depresión, estrés y pueden caer en el abuso de alcohol, uso de drogas o de fármacos.

Observe algún corrupto que Ud conozca y precisará este estado de abstinencia…

Y dejo hasta aquí las similitudes clínicas que conducen a pensar en la corrupción como problema de adicción conductual, pues son tantas… Los adictos son muy mentirosos y casi siempre tienen problemas de personalidad lo que agrava su trastorno mental de adicción

Los corruptos siempre son muy mentirosos y es muy evidente sus problemas de personalidad

Todos no son enfermos, peeero…

Corruptos cuartetoEs lógico que no todos los corruptos presentan trastorno de adicción conductual, pero con seguridad que si la presentan los corruptos que están dentro de la categoría de personajes poderosos, importantes o narcotraficantes es suficientes para generar países muy desgraciados donde los ciudadanos sufren y mueren bajo la mirada cínica de los corruptos. En el tweet del Dr. Almagro, sin él saberlo muy vinculado a la corrupción vislumbra otro tema muy bien estudiado por la neurociencia: ¡El contagio afectivo a través de la corrupción! Tal vez en alguna oportunidad escribiré sobre el contagio afectivo y la activación de las neuronas espejo que llevan a que muchos seres copien y aprendan a robarse lo ajeno y conviertan a los países en mundos enfermos y caóticos…

Luis José Uzcátegui febrero 2018

Luis José Uzcátegui
Médico psiquiatra y antropólogo
ljuv2000@gmail.com 
@LuisJUzcategui
Diccionario de Salud Mental LJ Uzcátegui

 

https://drluisjoseuzcategui.wordpress.com/2016/04/18/diccionario-de-salud-mental/



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