Ricardo Angoso: Viaje a Nagorno Karabaj el país que no existe en los mapas

12 de noviembre de 2015

Nagorno Karabaj Portada





Llegar a Nagorno Karabaj no es tarea fácil. Hay que tomar un vuelo hasta la capital de Armenia, Yereván, ciudad bastante mal conectada y cuya mejor conexión para llegar hasta allí es desde Moscú. Armenia no tiene relaciones políticas ni económicas con Turquía, que sería el camino lógico para llegar desde Europa, ni con Azerbayán, país con el que mantuvo una corta pero cruenta guerra precisamente por la cuestión de Nagorno Karabaj. Y las comunicaciones con Irán, país cerrado e inhóspito, son muy malas. Sus conexiones terrestres con el mundo tienen que hacerse a través de Georgia.

La región de Nagorno Karabaj pasó a manos de la República Socialista de Azerbayán en 1923, una vez que esta ex república soviética junto con Armenia quedaron integradas en la Unión Soviética tras ser ocupadas militarmente por los comunistas. Las tensiones entre armenios y azeríes volvieron a florecer a finales de los años ochenta del siglo pasado, en plena perestroika impulsada por Miajíl Gorbachov, y causaron desplazamientos de población en ambas repúblicas enfrentadas, pero la peor parte se la llevó la comunidad armenia de Sumgait, donde fueron asesinados brutalmente decenas de armenios en febrero del año 1988 por los azeríes.

Nagorno Karabaj foto 3
Armenia se independizó en 1991, al igual que Azerbayán, de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Paralelamente a esta proceso político de secesión, tanto Armenia como Azerbayán se preparaban para la guerra y más concretamente para asegurarse el control de Nagorno Karabaj. Entre 1992 y 1994 se desarrolla una corta y cruenta guerra, en la que murieron unas 30.000 personas y otro millón, sobre todo azeríes, fueron desplazados.

La contienda fue ganada ampliamente por los armenios, que consiguieron retener bajo su control Nagorno Karabaj, oficialmente una república independiente pero sin reconocimiento internacional, y otros 7.000 kilómetros cuadrados que pertenecían a Azerbayán. Todas las tentativas militares de los azeríes por recuperar el territorio han fracasado, aunque continuamente hay incidentes y tiroteos en la «frontera» entre las partes, y las tentativas de diálogo para resolver el conflicto por la vía política han fracasado.

RUMBO A STEPANAKERT

Nagorno Karabaj en ruta
Para acercamos hasta la capital de Nagorno Karabaj, un territorio en la actualidad poblado por unos 150.000 armenios, ya que la mayor parte de los azeríes se marcharon, solo podemos hacerlo por carretera desde Yereván. Hay algo más de 300 kilómetros de carretera y se necesitan emplear algo más de cinco horas. El viaje es muy recomendable, ya que cruzaremos todo el sur de Armenia y atravesaremos el corredor de Lachín, que conecta a Armenia con Nagorno Karabaj y es un punto estratégico altamente protegido por el ejército armenio, ya que es el cordón umbilical por el donde transitan las personas, bienes y productos que vienen desde la república secesionista. Además, por esta ruta hacia Nagorno Karabaj, podremos divisar el importante monte Ararat, donde dicen las crónicas que está el Arca de Noe y que es un símbolo de los armenios que quedó en manos turcas tras las guerras entre Armenia y Turquía tras el final del Imperio Otomano. Si tenemos tiempo, hay dos monasterios en el camino muy rcomendables: Khor Virap y Novarank.

NAGORNO KARABAJ mapaAntes de la guerra, Nagorno Karabaj era una suerte de isla armenia dentro del territorio de Azerbayán. Al entrar en Nagorno, ya casi sorteada la difícil carretera que conduce hasta allá, nos encontramos con una aduana que extiende una visa de turismo o de tránsito para este territorio.Y muy cerca de esta aduana, todavía en territorio azerí controlado por los armenios, nos encontramos con nuestro primer destino: la ciudad de Shusha. Esta pequeña ciudad es muy conocida por los armenios, ya que en 1920 hubo una gran matanza de este pueblo, y podemos ver todavía los daños causados por la guerra en algunos edificios, un monasterio interesante y las que se conocen como las catedrales de Ghazanchetsots y Kanack Zham. También cuenta con algunas murallas bien conservadas y una mezquita -los azeríes que se fueron eran musulmanes- destruida por los efectos de la guerra.

Nagorno Karabaj Shusha
Desde Shusha ya estamos muy cerca de la capital de Nagorno Karabaj, Stepanakirt, una urbe pequeña, limpia y coqueta de apenas 53.000 habitantes y que es el principal centro político, social, económico y cultural de este país exótico y desconocido. Bastante poco dotada de servicios básicos, como hoteles y restaurantes, posee unas infraestructuras modestas pero eficientes y modernas. No tiene aeropuerto -más bien está en desuso- y las conexiones ferroviarias y terrestres con Azerbayán están cortadas desde el comienzo de los conflictos entre la región separatista y el ejecutivo de Bakú. Todas sus instituciones oficiales, centros políticos, sociales y económicos se encuentran en la Plaza del Renacimiento de la ciudad, auténtico epicentro por donde discurre la vida de este pequeño «Estado» con su parlamento, presidente y gobierno apenas reconocido por Armenia.

Conviene visitar el cementerio de los héroes armenios de Artsakh, como llaman los armenios a Nagorno Karabaj, en los alrededores de Stepanakert, donde están enterrados los hombres que lucharon contra los azeríes en la reciente guerra y después. Algunas tumbas tienen dibujos, fotos o retratos en relieve de los aguerridos combatientes que defendieron este territorio siempre en eterna disputa entre armenios y azeríes. También hay un memorial en recuerdo a los miles de armenios muertos en la Segunda Guerra Mundial y en la guerra de «liberación» que libró Nagorno Karabaj, entre 1992-1994, contra Azerbayán.

GANDZASAR, MONASTERIO DE OBLIGADA VISITA

Gandzasar monasterio
Desde Stepanakert podemos dirigirnos hacia Gandzasar, pero no sin antes detenernos en lo que es el principal monumento y emblema del país, una estructura simbólica que parece representar a un hombre anciano y a su mujer que se llama «Nosotros somos nuestras montañas»; no hay visitante extranjero, sea de la nacionalidad que sea, que no haga un alto en el camino para hacerse unas fotos en dicho lugar.

Gandzasar es un monasterio armenio situado muy cerca de Stepanakert, a unos cincuenta kilómetros, y es de obligada visita por su belleza y significado histórico. Fue fundado en 1216, posee un bello cementerio delante de las instalaciones, con lapidas muy antiguas, y a lo largo de su historia sufrió los ataques de mongoles, turcos y azeríes, pero siempre sobrevivió a todas las guerras y hoy es uno de los principales atractivos turísticos de Nagorno Karabaj. Allí, entre las montañas en las que siempre vivieron los armenios, tenemos una vista majestuosa y muy pintoresca, una realidad idílica que contrasta con el grado de militarización que se vive todavía en la zona y con los acontecimientos violentos que sucedieron apenas hace 15 años.

Nagorno Karabaj Vank
Para aquellos que tengan más tiempo -la duración óptima de una visita a Nagorno Karabaj son tres días máximo-, les recomendamos visitar la ciudad de Vank, muy cerca de Gandzasar, y las ruinas de Tigranakert, una vieja ciudad armenia que tuvo su desarrollo más notable entre los siglos V, VI y VII, y que hoy está siendo excavada, muy lentamente por la falta de presupuesto, por las autoridades arqueológicas de Nagorno Karabaj. Al lado de las ruinas, que apenas tienen visitantes, hay un castillo imponente y regio, donde se encuentra el museo del complejo arqueológico y que alberga una interesante colección. En cualquier caso, visitar Nagorno Karabaj siempre merecerá la pena y no nos dejará decepcionados. Todo ello pese a ser el país que no figura en los mapas pero que existe como una realidad innegable.


Ricardo Angoso 2
Ricardo Angoso

Periodista español
rangoso@iniciativaradical.org
@ricardoangoso






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