Jesús Peñalver: Sentencia política
12 de septiembre de 2015
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Ahora más que nunca, en honor y respeto humano por los torturados, no distraerse, objetivo: !El pueblo a Ganar el 6-D! Luis José Uzcátegui |
No es una sentencia judicial, es el grosero cumplimiento de una orden inmadura y descabellada provenida desde esa cosa que, hoy aposentada en Miraflores, desgobierna a Venezuela desde hace ya más de dieciséis tortuosos años.
Sentencian los jueces, no los verdugos al servicio de la barbarie roja que hoy hace añicos lo poco que queda de institucionalidad democrática en nuestro país; serviles seres bajo las órdenes de la usurpación que se dice legataria de aquel terrible ser -muerto- que también quiso eternizarse en el poder para desgracia nuestra.
No es justicia, porque ha quedado en evidencia una vez más, el perverso afán de mandar a todo trance; civiles con charreteras, resentidos que siguiendo un modelo castrense de la peor calaña, solo han demostrado su ineptitud en el manejo del erario, su proclividad al delito y al odio a todo cuanto les parezca distinto o contrario a sus ideas explosivas y planes diabólicos.
Aunque se trate de un cuento largo y de una ficción, todo ello nos demuestra que la violencia avanza porque aumenta el miedo y que, cuando la humanidad se encuentra ante un hombre de valor, detiene sus injusticas y da a cada uno lo que le corresponde, no solo por la ley de Dios, sino también y más evidente, por la ley de los hombres.
No invoco ni llamados hago a la violencia. No repelamos la violencia con la violencia, máxime cuando se trata de la violencia de los más desvalidos hoy en Venezuela, que somos la mayoría que sufrimos los embates de la pesadilla revolucionaria y chavista” que nunca ha debido tener tiempo ni lugar en nuestra tierra. Ojo, ni en ningún otro lugar.
Sin miedo ni odio. Quizá con una profunda arrechera (indignación violenta, según el DRAE), y cada quien la demuestra o manifiesta como mejor prefiera.
Se trata del cuento de tener un mejor país, entre todos construirlo y reconstruirlo e instalarnos en él como ciudadanos de primera, no de cuarta ni de quinta categoría.
Sorprende la inopia intelectual y el enanismo político de ciertos funcionarios y personajes que se dicen demócratas opositores, que desprecian la dignidad de las personas. Bichitos que burlan las instituciones democráticas. No conforme con los hechos, también maltratan con palabras. No solo nos maltratan con hechos, sino también de palabras. Es una barbarie mala, macabra.
En una sociedad donde se desprecia la persona humana, Herodes puede ser cualquiera. Hoy en Venezuela, cualquiera puede ser Herodes, que prevalido de poder de mando o de riqueza, hace víctimas de los inocentes.
La patria es de todos: nadie se ha ganado el derecho exclusivo de amar a su patria. Hay que presumir en todo el derecho de amar a la patria y la voluntad de amarla.
Hoy Venezuela reclama el concurso de todos, a pesar de las diferencias, pero conviene asumir cada uno su rol con entusiasmo, con madurez, y la firme convicción de conocer la hora que vivimos, aunque inmaduros y descabellados seres sigan en su perverso afán de llevarnos por el despeñadero.
Los psicólogos recurren a los términos de maduración o madurez y ésta se produce en forma irregular, independientemente de la edad.
Unos maduran más pronto, otros más tardíamente y hay personas que se mantienen en un permanente estado de inmadurez.
Cuando queremos vaciar un líquido en un frasco de boca pequeña, tenemos que actuar lentamente. Si actuamos precipitadamente el líquido se bota y el frasco no se llena. No se le puede dar instrucción, educación, formación a una persona que no tiene capacidad para adquirirla, que la adquisición no puede hacerse bruscamente sino por etapas, lentamente.
Quizá aquella sentencia, verdadero fallo fallido, tenga la intención de intimidarnos para que no votemos. Pues no, evitemos que la sufrida Venezuela caiga víctima de la desmoralización, lo que es un riesgo que hay que conjurar en lo inmediato.
En Macondo llovió cuatro años, once meses y dos días. ¿Por qué no habría de escampar aquí?
Jesús Peñalver es abogado
Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver
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