Efecto princesas y la personalidad de los niños

10 de julio de 2016

Princesas




Un estudio de la Universidad de Birgham Young, de EEUU, reveló que las películas de Disney favoritas de las niñas también pueden afectar positivamente a sus pares masculinos. Otro capítulo en la lucha contra los estereotipos de género

Existen modelos alternativos como Mulán y Mérida, de Valiente, que desafían los roles de género esperados (Shutterstock)

Desde pequeñas, las niñas se ven atraídas por el «universo princesas». Adoran todo lo que sea rosado, delicado, y cuanto más pomposo, mejor.

Ahora, si en el hogar hay un hermanito varón que consume los mismos programas que su hermana, ¿podría verse influenciado en su comportamiento por ese mundo de castillos y corceles? La respuesta es sí.

Las princesas sí afectan el comportamiento de las niñas e influyen en los niños, pero -contrariamente a lo que se creería- para bien.

Para los niños, que ya están inmersos en una cultura hipermasculina, volverse más femeninos significa volverse más completos

Investigadores de la Universidad Brigham Young observaron la respuesta de 198 niños y niñas, de 5 y 6 años, con respecto a las famosas películas de princesas de Disney. Encontraron que, en ambos casos, a mayor interacción con las princesas -ya sea mediante juguetes, productos o música-, se conduciría a un comportamiento estereotípico femenino más acentuado al cabo de un año.

«No se trata sólo de que a las niñas muy femeninas les gusten las princesas -explicó Sarah Coyne, catedrática de vida familiar y autora principal del estudio, que se publicó en la revista especializada Child Development-. Logramos extraer por completo eso de la ecuación y observamos si en realidad hay un crecimiento a largo plazo en los comportamientos femeninos estereotípicos en niños que interactúan mucho con princesas».

Princesas y niñas
«Comprobamos que así es y que es además una asociación realmente motivada por los medios, y no al revés», sentenció la investigadora. Y destacó que «ese aumento en los comportamientos estereotípicos femeninos -desde jugar sin hacer ruido, a cocinar y limpiar y evitar riesgos, ensuciarse o intentar cosas nuevas-, también se observó, si bien en un grado menor pero todavía significativo, en niños que tienen una interacción importante con las princesas».

Ahora bien, ¿qué tanto debe preocupar a los padres este hallazgo?

Princesas y sueños
El estudio sustenta lo que los críticos de los estudios culturales sostuvieron durante años. El temor por cómo la narrativa de las princesas influye en las niñas en una cultura que pone mayor énfasis en cómo luce y se comporta no es nada nuevo y los investigadores agradecen contar con trabajos cuantitativos que puedan respaldar el argumento cualitativo de que Disney, como principal proveedor de todo lo relacionado con las princesas, juega un papel importante.

Nos preocupamos por la idea de que las niñas se dejen engañar por la narrativa de las princesas, pero no que los niños se confundan sobre su futuro con la imagen de los superhéroes

Sin embargo, Coyne y sus colegas encontraron que el aumento en el comportamiento estereotípico femenino significa algo totalmente distinto en ambos sexos: Observaron que en las niñas, el aumento de estas conductas puede ser «potencialmente problemático», mientras que en los niños el aumento en la androginia podía repercutir en «beneficios para el desarrollo a lo largo de su vida. En la aceptación de lo femenino como parte de la realidad».

Cuentos niñas y niños
¿Por qué lo que es bueno para los niños es malo para las niñas en este caso? Todo depende del punto de partida. Para Rebecca Hains, catedrática de estudios sobre medios en la Universidad Estatal de Salem y autora de The Princess Problem, «si las niñas ya tienen una tendencia hacia esa dirección, entonces se lleva al extremo lo femenino al exagerarlo aún más. Para los niños, que ya están inmersos en una cultura hipermasculina, significa volverse más completos».

Para Catherine Connors, fundadora de Demeter Media y exdirectora de contenidos de Disney Interactive for Women and Family, la realidad es más complicada. «Hay elementos de las princesas que sin duda debemos observar con un ojo crítico y cuidadoso», comentó, y remarcó en este punto la tendencia de los productos para mostrar a las princesas activas de las películas en posturas bonitas (y a menudo sexualizadas) pero pasivas.

Ahí es donde los padres deberían entrar en escena. «Nuestra meta no es aniquilar la cultura de las princesas -aseguró Coyne-. Es una parte mágica de la infancia que disfruté con mi propia hija. Pero podemos hablar sobre las características de las princesas y las cosas maravillosas que hacen en lugar de cómo se ven o cómo se ven las niñas cuando se visten como ellas».

Hains coincidió: «Hablemos de las cosas buenas. Son bonitas y son muy listas. Bella siempre tiene un libro en las manos. Ana es muy buena para resolver problemas. Hay que identificar aquello que es importante para nuestra familia».

En los niños, el aumento de los comportamientos estereotípicamente femeninos pueden tener beneficios para el desarrollo a lo largo de su vida

Princesas Disney
En ese sentido, Connors reforzó: «Nos preocupamos por la idea de que las niñas se dejen engañar por la narrativa de las princesas, pero no nos preocupa que los niños se confundan sobre su futuro con la imagen de los superhéroes».

De todos modos, y viendo más allá del vestido y la corona, es importante saber observar los atributos de las princesas que sustentan otros valores. Para los padres que quieran alentar a los niños a pensar lejos de los estereotipos existen modelos alternativos como Mulán y Mérida, de Valiente, quienes desafían los roles de género esperados, dicen lo que piensan y cuestionan lo que tradicionalmente se espera de las princesas, al igual que Ana y Elsa de Frozen.

El mundo de las princesas es un planeta por explorar, con puntos a favor y en contra, solo radica en cada padre saber cómo aprovecharlo.

Una Nota Informativa desde nuestra Mesa de Redacción
Fuente: Agencias





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