Jesús Peñalver: Huida, escape o fuga

6 de septiembre de 2015

Marco Coello 1

 

 

A Marco Coello

 

¿Huyó, se escapó, se fugó…? Lo que haya sido, Dios con él. Porque la verdad sea dicha, falta espacio para vaciar el enorme bodrio en que la usurpación ha convertido a la administración de justicia en Venezuela, y que este joven haya tomado la decisión que fuere con tal de alejarse de la pesadilla roja que hoy sigue aturdiendo al país, no es nada reprochable.

Fui a la concentración ese #12F y luego a la marcha hasta la sede del Ministerio Público, hoy más privado que nunca antes, en cuya cabeza está la misma fiscala de la primera “ley sapo”, los “cadáveres muertos” y que ignora la existencia de empresas de maletín.

No fuimos a tumbar gobiernos ni intentamos dar golpes de ningún tipo y mucho menos portábamos armas distintas a los derechos que nos reconoce el ordenamiento jurídico, ese día contenidos en una gorra, un par de carteles y alguna que otra consigna libertaria voceada a puro pulmón.

Marcha del 12 de febrero 2014
La marcha fue pacífica hasta la sede convenida, es decir, durante todo el recorrido, así lo afirmo con plena convicción y responsabilidad. De allí la pregunta: ¿a quién convenía teñir de sangre ese evento? ¿Quién mató a los estudiantes? ¿Por qué se hallaba allí un miembro (o más) de un colectivo?

Hay miles de testimonios de los asesinatos de los estudiantes. Y llama la atención y con sospechas, que no hay ninguno sobre las circunstancias de tiempo, modo y lugar de la muerte del “tupamaro”.

Balas nada perdidas que encuentran a la noble juventud.

Dice bien mi amigo, el historiador, “la marcha no se realizó para derrocar al gobierno, sino para pedir la libertad de estudiantes presos. Lo demás es embuste”.

¿Me habré topado con ellos ese día, los habré saludado dentro de tanta cordialidad? QEPD los caídos a manos de los llamados “Colectivos” que no son otra cosa que asociaciones para delinquir, clanes de la muerte, grupetes hamponiles que actúan bajo la protección del desgobierno que manda y que en ellos ve una base de sustento de su macabro proyecto, con pretensiones de eternizarse en el poder.

No queda duda, aunque hayan querido suprimir la muerte de aquel macabro eslogan, el mismo sigue vigente: muerte, patria, socialismo y muerte, eso es.

Que manera de la barbarie de mudarlos a la otra vida, precisamente ese día de la juventud, cuando los jóvenes estudiantes celebraban una jornada pacífica, legítima y en orden.

Marco Coello 2De seguro el joven Marco Coello pensó que se le estaban violando algunos, varios o muchos derechos inherentes a la persona humana: a la defensa, al respeto a la integridad física, psíquica y moral, al debido proceso, al acceso a la justicia expedita, entre otros no menos importantes. Y no le quito razón, no habría modo ni fundamento alguno que lo contradiga.

Si decidió escaparse, evadirse o fugarse, como sea o se le quiera ver, con o sin violencia, ha sido por no confiar en el sistema de justicia venezolano, hoy más injusto como nunca antes.

Es bueno insistir que con esta peste roja que nos desgobierna, no hay juicios, sino salas de ejecución, verdaderos paredones. Allí no hay justicia, allí lo que se observa es sumisión al servicio de la barbarie. No son jueces, sino serviles verdugos.

Cuando escribo esta nota, siento que hoy el estado de mi cédula se hizo más civil, y con mi vida libre de procesos criminales y de estafas al fisco, podré seguir viendo de frente a los ojos de mis hijos.

¡Dios te bendiga, Marco Coello!



Jesús Peñalver foto de jiulio 2015

Jesús Peñalver es abogado

Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver








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