Ricardo Angoso: El “Suflé” político español
5 de mayo de 2015
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España, entre el «Suflé» de Podemos y el viento a favor de Ciudadanos |
Tras haber liderado durante meses todas las encuestas, incluso colocándose en primera posición, el movimiento político Podemos, que obtuvo unos buenos resultados en las elecciones europeas y en las andaluzas, comienza a mostrar su debilidad en los sondeos y estudios de opinión. Es cierto que las encuestas pueden estar manipuladas, mal elaboradas e incluso no recoger el voto oculto que algunas formaciones políticas reciben en las elecciones, pero señalan tendencias y todas no puede equivocarse. Podemos está a la baja, ya incluso en algunos lugares por debajo de los socialistas, y la nueva formación, Ciudadanos, nacida en Cataluña y extendiéndose por todo el país, está en alza y con el viento a su favor.
Otra de las consecuencias que se puede extraer de la mayor parte de los sondeos y estudios de opinión publicados, es que el juego en casi todas las instituciones locales y regionales será a cuatro y harán falta pactos y acuerdos para permitir la gobernabilidad de las mismas. El bipartidismo, que se había mantenido intacto desde los comienzos de la transición democrática, parece haber llegado a su fin y comienza una nueva era política en España.
Sin embargo, tampoco debemos confundir el deseo de algunos, que ya enterraban al antiguo orden antes de tiempo, y la realidad. En las últimas elecciones andaluzas, pese a que los sondeos señalaban un fuerte ascenso de Podemos, las dos grandes fuerzas políticas -el derechista Partido Popular (PP) y el centro izquierdista PSOE- obtuvieron más del 60% de los votos y los socialistas perdieron apenas 100.000 votos, aunque consiguieron los mismos diputados en el parlamento andaluz. La experiencia histórica demuestra en España que los socialistas tienen un voto oculto que no aparece en las encuestas pero que se manifiesta en las diversas citas electorales, tal como ocurrió en las elecciones generales de 1993, 1996 y en 2004.
Lo que está por cuantificar es la magnitud del castigo que los electores darán al PP, envuelto en numerosos escándalos de corrupción, con un liderazgo cada vez más débil debido, sobre todo, a la escasa capacidad de comunicación de su máximo líder, Mariano Rajoy, y también la ausencia de caras nuevas que generen una cierta imagen de renovación y cambio en un momento de crisis económica, social y moral. El hastío por la cascada de casos de corrupción, en todos los niveles de la administración, podría llevar a millones de electores a cambiar su preferencia de voto del PP a Ciudadanos, una formación mucha más moderada y centrada que Podemos y que no provoca el rechazo (y también cierto temor) que produce la formación izquierdista que lidera Pablo Iglesias.
La crisis interna que se ha vivido en Podemos, que provocó la salida del «ideólogo» Juan Carlos Monedero, la conducta ética de Iñigo Errejón, que cobraba de una entidad pública por un trabajo que no realizaba, y la presión de los sectores más duros e izquierdistas para que el movimiento sea más radical en sus planteamientos, junto con la escasa consistencia de algunos de sus candidatos, han provocado una caída en la intención de voto y una situación de cierta impotencia por parte de sus líderes al ver que el «suflé» se desinfla.
Parece, además, que hay un trasvase de votos desde las filas populares y Podemos hacia Ciudadanos, algo que puede resultar paradójico pero que las encuestas reflejan. Mientras Podemos y PP se erosionan en sus bases electorales, Ciudadanos sigue creciendo a costa de ambos y los socialistas mantienen el tipo y parecen haber puesto coto a sus sangría de votos. Luego las elecciones andaluzas, que les permitirán a los socialistas gobernar en la primera región de España con apoyos puntuales de otras fuerzas, ha dado un nuevo brío y energía a un partido socialista que hasta hace unos meses parecía desahuciado y destinado a un batacazo electoral sin precedentes en su historia. Un nuevo liderazgo, un cambio en el discurso y haber «escondido» a José Luis Rodríguez Zapatero en el baúl de los recuerdos, ya que su imagen sigue siendo pésima en la sociedad española, han conseguido detener la constante bajada en los estudios de opinión de los socialistas.
DESAPARECEN IZQUIERDA UNIDA Y UPD
Mientras que el juego parece ya perfilarse a cuatro, dos formaciones políticas que hasta ahora estaban en las instituciones, como Izquierda Unida (IU) y Unión Progreso y Democracia (UPD), parecen destinadas al ostracismo y a la marginalidad política. IU a duras penas conseguirá estar presente en numerosas instituciones y está en juego hasta su presencia parlamentaria, al tiempo que UPD seguramente desaparecerá a merced de los graves errores de estrategia política cometidos por su máxima líder, Rosa Diez.
En cualquier caso, las encuestas muestran a las claras que salvo que ocurra algo excepcional, la izquierda podría tener la mayoría en el próximo parlamento a elegir este año o a principios del próximo, ya que si sumamos la intención de voto de PSOE, Podemos, IU y otras fuerzas de izquierda de carácter nacionalista, como Esquerra Republicana de Cataluña o Bildu, es más que probable que al PP le resulte imposible formar gobierno y liderar un ejecutivo. Si los socialistas adelantan en votos a Podemos, podríamos visualizar un gobierno de coalición de izquierdas, aunque los máximos líderes de este movimiento se oponen por ahora y aspiran a ganar las elecciones, al estilo de lo que ha ocurrido con Syriza en Grecia, y formar un ejecutivo monocolor. Pero España no es Grecia, ni Podemos es Syriza.
Hay un electorado conservador, tradicional, católico y que se mueve por una inercia y fidelidad de voto hacia el PP y el PSOE que quizá no se ha manifestado en las encuestas, pero que, llegado el caso, como ha ocurrido en otras ocasiones, se exprese en las próximas elecciones regionales y locales. Luego no olvidemos que en España la gente vota diferente en función de la convocatoria electoral, ya que es muy distinto elegir tu alcalde o presidente de la región que al que va a dirigir los destinos de la nación durante cuatro años. Los socialistas, por ejemplo, siempre han obtenido unos excelente resultados en Cataluña y el País Vasco en las elecciones generales y, sin embargo, en las locales y regionales el resultado menguaba. Elemento este último muy a tener cuenta en este año electoral y que no debe ser menospreciado. En cualquier caso, el «suflé» de Podemos se apaga y Ciudadanos va viento en popa. Veremos qué pasa en las próximas semanas. Atentos.
Ricardo Angoso
Periodista español
rangoso@iniciativaradical.org
@ricardoangoso
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