Paul Ryan se niega a colaborar con Obama en una reforma migratoria

2 de noviembre de 2015

Paul Ryan contra Obama



El flamante presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos rechazó trabajar en conjunto con el presidente sobre una ley migratoria. Señaló que «no se le puede tener confianza» al mandatario

El republicano Paul Ryan brindó ayer domingo una serie de entrevistas en los principales noticieros políticos dominicales de Estados Unidos. En declaraciones a la prensa local, adelantó que no colaborará con el presidente Barack Obama en el tema migratorio, descartando la posibilidad de una reforma en la materia antes de 2017.

«No podemos tener confianza en el presidente en este tema», apuntó el flamante presidente de la Cámara de Representantes, quien estuvo en todas las emisiones dominicales de los medios, tras asumir su nuevo cargo el jueves pasado.

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En sintonía con la visión del Partido Republicano de los últimos años, Ryan remarcó que no apoyará ninguna negociación de reforma migratoria con Obama, cuyo mandato vence en enero de 2017.

«¿Por qué adoptaríamos una ley sobre un asunto que divide con un presidente al cual no se le puede tener confianza?», señaló a CNN. «Intentó hacerlo solo, pasando por encima del proceso legislativo, con decretos presidenciales, así que (ese tema) no está en el orden del día», señaló a CBS.

Aludió así a una serie de decretos de 2014 de Obama -que prometió una reforma migratoria durante su campaña- para ofrecer una perspectiva de regularización a unos cinco millones de personas en situación irregular.

Unos 11 millones de personas, en buena parte mexicanos, viven y trabajan clandestinamente en Estados Unidos, algunos desde hace muchos años.

La reforma migratoria, que genera divisiones y polémica en la política estadounidense, es uno de los principales temas de la campaña hacia las elecciones presidenciales de 2016.

Por su parte, Ryan llamó este pasado domingo a los miembros del Partido Republicano a unirse y ser un «partido de propuestas» en vez de «un partido de oposición» con el fin de ganar mayor apoyo popular y acabar con la fractura que divide a esta fuerza política.

«La clave está en ofrecer al país una alternativa audaz y una agenda valiente sobre cómo podemos resolver los problemas de este país. Así es como nos unificamos», destacó el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, durante una entrevista en el programa Fox News Sunday del canal del mismo nombre.

Paul Ryan Congreso
Ryan, de 45 años, está considerado como un legislador de consenso, capaz de unir una bancada dividida entre los ultraconservadores del Tea Party y los legisladores de la política tradicional y de influencias, conocida como establishment.

El legislador por Wisconsin, el más joven en ocupar el cargo de presidente de la Cámara Baja desde finales del siglo XIX, intervino en casi todos los programas televisivos de la mañana de los domingos, conocidos como Sunday shows y donde los políticos de alto nivel aprovechan para expresar sus puntos de vista.

Paul Ryan en TV
En el programa State of the Union de la cadena CNN, aseguró que, como hacía como legislador por Wisconsin, seguirá durmiendo en el sofá de su oficina, aunque ahora como presidente de la Cámara de Representantes y la tercera persona más poderosa de Washington, detrás del Jefe de Estado Barack Obama y del vicepresidente Joe Biden.

«Me hace más eficiente. Dormir en un sofá en mi oficina me permite hacer más trabajo y voy a seguir haciéndolo», destacó Ryan, en una actitud que precisamente despierta la simpatía de los ultraconservadores del Tea Party, contrarios a los lujos de Washington y defensores de la austeridad.

«Vivo en Janesville, Wisconsin. Viajo allí, ida y vuelta, cada semana. Solo trabajo aquí, no vivo aquí», defendió.

Esta semana un portavoz del legislador explicó que Ryan pasará las noches en la oficina que le corresponde como representante de Wisconsin y no en la que ocupará como speaker, nombre con el que se conoce al cargo de presidente de la Cámara Baja del país.

En su extenso recorrido por los medios, Ryan también tuvo tiempo de abordar las especulaciones que lo sitúan como un posible candidato a la presidencia de EE.UU. para los comicios de 2016.

«Si hubiera querido ser presidente, lo habría hecho en esta ocasión. Tuve la oportunidad de hacerlo. Estoy contento con mi decisión», aclaró al ser preguntado por la presentadora Dana Bash de la cadena CNN.

Sus prioridades para los próximos dos años, según dijo, es asegurarse de que todos los legisladores puedan presentar sus propuestas y conseguir mayor unión en el Partido Republicano, que con más de una decena de candidatos en liza por la nominación presidencial para 2016 promete nuevas luchas internas.


Una Nota Informativa desde nuestra Mesa de Redacción
Fuente: Agencias





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