Jesús Peñalver: No los llame militares del 4f

1 de agosto de 2015

Golpistas 4F



 

Declarado como estoy en contra de la antimemoria, ab initio digo que el presidente Carlos Andrés Pérez descabezó los dos golpes (intentonas) militares que en su contra promovió el difunto Hugo Chávez, quien violando el juramento a la patria y su compromiso con la Constitución y las instituciones democrática del Estado, junto a doscientos de su grupete de golpistas, incurrieron en el delito de rebelión militar en el año 1992.

Basura golpistaSin más vueltas, Chávez (qepd) y su combo, insurgieron en contra del gobierno legítimo de CAP. De modo que es una ofensa al venezolano, un insulto a la historia y un flaco favor a la memoria colectiva, llamar “militares del 4F” a quienes irrumpieron contra el orden de la Nación.

Por cierto, Doña Blanquita Rodríguez de Pérez y su honorable familia, salvaron sus vidas milagrosamente, pues los golpistas tiraron a matar. Por eso no hay nada que celebrar ni el 4F ni el 27N, pero si conviene recordar las intentonas golpistas de esos funestos días, teñidos de sangre por manos asesinas.

A pesar de tales circunstancias, Caldera II sobreseyó al golpista y su combo, quienes nunca fueron a juicio por no confiar en la justicia. El difunto nunca fue indultado, pues nunca fue a juicio, ergo, nunca fue sentenciado. Caldera II lo sobreseyó.

No es como algunos dicen por ignorancia jurídica y de los hechos. Chávez y su combo golpista fueron sobreseídos, NO indultados. Caldera no podía inhabilitar al golpista y su combo, porque la Constitución de 1961 no lo permitía. Al no estar sentenciado el golpista, ser sobreseído, y salir en libertad adquiere plenamente sus derechos políticos y ciudadanos.

Durante la campaña Presidencial de 1993, todos los candidatos prometieron liberar al golpista Chávez, excepto Rafael Caldera.

Cuando a Caldera se le preguntaba sobre el asunto, respondía –mutatis mutandi- “se estudiará en su momento cada caso”. El Presidente Caldera, que buen jurista era, entonces NO inhabilitó al golpista Hugo Chávez porque sabía que eso NO era posible.

CAP Caldera Chávez
Culpar a Rafael Caldera, o sólo a él, de la liberación del muerto Chávez y de la barbarie cometida por este, es una pendejada. Hasta Patricia Poleo hizo pública una “extremadamente afectuosa” carta suya a Chávez en El Nuevo País. De este tema prometo hablar en una próxima entrega.

Es bueno precisar que aunque algunos filibusteros le soplaban desconocer las instituciones, CAP aceptó ser enjuiciado. Sometido a juicio -amañado, desde luego- aceptó sentencia de una Corte hasta los tuétanos en la conspiración. La misma Corte que después rechazó inhabilitar al golpista.

La defensa de CAP dirigida por el eminente doctor Alberto Arteaga, es un magnífico tratado de derecho. Aún así, CAP aceptó la espuria sentencia de una Corte que le regaló al golpista la constituyente inconstitucional para que se cogiera el poder.

Cecilia SosaImposible olvidar a aquella inefable exmagistrada y su peregrina tesis de la “supraconstitucionalidad”.

La llegada del chavismo al poder despertó entusiasmos entre organizaciones de izquierda y movimientos populares, y también concitó a su favor el apoyo de intelectuales, profesionales y artistas. A lo hecho pecho, pero conviene no olvidar los errores del pasado, algunos muy garrafales, precisamente para no repetirlos.

Muchos con Chávez
Muchos dándose golpes en el pecho, al punto de acabar con ellos, lo que de suyo no está mal si eso se viera como gesto de rectificación, asumen su error e intenten aportar soluciones, ideas que contribuyan a superar esta tragedia que ya nos parece decimonónica.

Mientras otros hoy le rezan a aquel cuyo poder tuvo un origen democrático, y en su ejercicio se volvió un dictador. Como el pan en la mesa, cada cosa en su lugar, y cada quien y cada cual por su nombre.



Jesús Peñalver foto de jiulio 2015

Jesús Peñalver es abogado

Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver









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